viernes, 29 de junio de 2012
(In)olvidable.
El estruendo de mi cuerpo siendo empujado por ti hacia el mural
Nuestros oídos espectantes a la llegada de un alma indeseada
Tus arranques que descenlazaban con agua salada
Mis instintos quasi premonitorios respecto a tu agresión actual
Era agridulce, cumplir tus mandatos y querer mezclarme con tu ánima
en los momentos cumbres, ¡vaya! de repente yo era magnífica
Me consolaba en tus palabras acarameladas, diseñaste una absoluta utopía
en los momentos trágicos, ¡diablos! al instante yo era la maquiavélica
Hace largo tiempo que no escribía algo así. Tan catártico, real, malo quizás; pero que me desahogue en todo el sentido de la palabra.
Tengo ansias de que termine este ciclo; todo fue tan sombrío, hipócrita, malditamente falso. Verlo en los alrededores, verlo reír, verlo en sí feliz; lo detesto, aunque suene como una desgraciada. Pero es que ya asumí el hecho que para superar mi odio necesito dejar de verlo en mi entorno; como dijo la sapientísima Amos una vez: "We soon forget the things we cannot see". Abarco este tema primero ya que sé que me arraigo diversos problemas, problemas que aún están presentes, que debo solucionar de algún modo porque sino seguiré siendo cruel. Pronto todo será una fotografía prendida en llamas que finalmente pisaré para apagar el fuego que arrasará con los recuerdos y mis actitudes recientes.
Andrea.
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