Ya lo estaba perdiendo, solía deslizar mis dedos por sus cabellos mirándolo fijamente a los ojos y sonriéndole para ver si lograba que él me mostrase algún afecto; ya notaba que había perdido las riendas, ya sabía que estaba siendo un maldito conmigo... pero por alguna razón tenía que seguir, no quería repetir historias que había leído en algún momento en alguna pila de libros y durante largas exploraciones en blogs. Quería aferrarme a algo que estaba desvaneciéndose, me echaba la culpa y ya estaba empezando a putearme porque en mi conciencia estaba lo que había hecho.
Y, joder, allí me di cuenta que mis problemas crecían; me estaba matando, destrozando, destruyendo.
Todo eso terminó y aquí estoy de nuevo, notando que mi frialdad ha crecido y a sabiendas que casi todos son así de mierdas; así es la vida, así es la vida, es un eco constante en mi cabeza.
Han planteado que mi actitud de ahora es una venganza contra todos, es posible en verdad.
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